El impulso de la huerta propia para una alimentación saludable y aporte a la economía familiar

15/08/2020

Las huertas familiares representan, para los hogares en situación de pobreza, una forma de paliar la crisis económica generada a raíz de la pandemia del COVID-19. También contribuyen al mejoramiento de la alimentación de las familias. 

El Ministerio de Desarrollo Social (MDS), a través de los programas Tekoporã y Tenonderã, viene fomentado la producción hortícola a escala familiar para el autoabastecimiento y comercialización de excedentes. 

Isidoro Paredes de Paso Yobái, departamento de Guairá, aprovechó recursos del programa Tekoporã para iniciar un emprendimiento familiar que fue creciendo con el correr de los años.

El titular de derecho es parte de una comisión de fomento y desarrollo, y con apoyo del municipio logra obtener apoyo logístico para trasladar sus productos a ferias de Paso Yobái y Colonia Independencia. 

Después de haber transitado este tiempo en Tekoporã, reconoce su valor y reflexiona sobre el alcance del programa de protección desde su propia experiencia.

La historia de Isidoro comienza con una iniciativa familiar producto del esfuerzo, la dedicación y por sobre todo del trabajo en equipo que fue transformándose en un emprendimiento mayor con gran demanda en el mercado local.

Pero esto fue posible mediante el compromiso asumido por cada uno de los integrantes de la familia, “y sobre todo por el acompañamiento social permanente que presta el Ministerio de Desarrollo Social a través de sus guías familiares” sostiene el participante.

La capacitación brindada por los trabajadores de campo fue fundamental para el fortalecimiento del emprendimiento, comenta.

“Cuando recibimos las primeras transferencias era solo para lo básico, para comprar semillas y cultivar en nuestra huerta, esto nos permitiría consumir nuestros propios productos, porque es eso lo que nos pide el programa, que nos alimentemos y alimentemos bien a nuestros hijos”, dice convincente don Isidoro. 

Relata que la calidad de los alimentos era una sugerencia de los guías, quienes remarcan a los participantes la necesidad de cuidar la salud a través de higiene, alimentos sanos, controles médicos y hábitos que mejoren su calidad de vida y la de sus hijos.

“Estas enseñanzas nos sirvieron, ya que nuestros cultivos fueron mejorando, nos organizamos familiarmente y cada uno de mis hijos empezó a trabajar en la huerta, entre todos no solo la hicimos crecer, sino que cosechamos productos de calidad para nuestro consumo como nos habían enseñado” puntualiza.

La diversificación de productos permitió ampliar la oferta en los mercados, hoy prácticamente los recursos del programa son destinados a la compra de insumos, semillas para volver a cultivar y ofertar en mercados locales y ferias de distritos cercanos. 

Don Isidoro resalta la calidad de sus productos, “son naturales y eso es lo que hoy busca la gente, las técnicas de cultivo también la recibimos a través de capacitaciones que brinda el Ministerio”, afirma.

Finalmente remarca la importancia de cumplir con la corresponsabilidad, “porque ello permite a las familias campesinas a invertir para comer, así fue como yo comencé, eso me enseñó Tekoporã, hablándome de educación y salud, realmente nos motiva a vivir mejor”, concluye.

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